El auge de la psicología positiva y del postureo instagramer han creado un peligroso cóctel que nos ha afectado de lleno a aquellos que perseguimos trabajar con animales salvajes. Y es que puede que estemos idealizando el trabajo con animales salvajes, algo que ayuda a precarizar esta clase de puestos de trabajos, además de añadir frustración a nuestra búsqueda.

Los algoritmos y los cookies han hecho que las redes se anticipen a nosotros, y ya no nos extraña encontrarnos de lleno con publicidad hecha a nuestra medida. La foto de una joven abrazando a un tigre y un eslogan positivista del tipo «Follow your dreams», es algo con lo que muchos nos hemos encontrado de una u otra forma. Bajo estas imágenes, enlaces y ofertas a formación hecha a nuestra medida: trabajar con animales salvajes, nuestro empleo soñado.
Bajo frases de psicología barata como «Trabaja de lo que te gusta y no tendrás que trabajar nunca» y fotos en las cuales vemos a gente interaccionando con fauna, lo cierto es que estamos dando una imagen totalmente sesgada de lo que es trabajar con animales.
Bienvenidos a la calle de la piruleta
Esta fiebre por un estado de felicidad perpetuo ha llegado también al trabajo con animales. Trabajar con animales es tu sueño y es maravilloso, una vez lo consigas llegarás a esa especie de nirvana y que, como dijo Homer Simpson, vivirás en un país feliz, de la casa de gominola de la calle de la piruleta.

Rapaces, algo con lo que te das de bruces rápidamente es que trabajar es trabajar, y que tener un empleo en lo que te gusta lo hace más llevadero pero sigue siendo un trabajo. Por supuesto, estar 40 horas a la semana en un empleo que desprecias es mucho peor que hacerlo en algo que te gusta. Pero trabajar para empresas, con jefes, normas, objetivos y horarios es algo que la inmensa mayoría no podemos evitar.
La realidad del trabajo con fauna
Para mantener esta imagen de trabajo ideal es importante ocultar la realidad, o al menos maquillarla. Los que me seguís en redes sabéis que aunque trabajo con fauna, no suelo subir nada del curro. Y es que probablemente me pasa lo que a muchos: no tenemos tiempo a hacernos books de fotos mientras trabajamos, y de tenerlo, la memoria de nuestro teléfono está llena de cacas de animales, averías o tal vez de algún enriquecimiento ambiental.

Esto nos ocurre a todos los que trabajamos con fauna. ¿Cómo creéis que es el día a día de un biólogo que hace muestreos? ¿De un veterinario en un centro de rescate? ¿De un cuidador en un zoológico? Muchos de estos trabajos tienen un gran porcentaje del tiempo dedicado a momentos desagradables, tareas rutinarias y por supuesto, muy pocas ocasiones en contacto con animales.
En concreto, los que trabajamos con animales en cautividad en instituciones serias no nos dedicamos a abrazarles, sino a encerrarles en sitios para poder trabajar con seguridad. De igual manera, un biólogo de campo se pasa más tiempo recogiendo heces de animales o cargando mochilas que viéndolos. Son trabajos llenos de momentos bonitos, pero que no debemos idealizar.
Una idealización que nos perjudica
Si esta idealización tuviera como único efecto un mayor éxito de ciertos cursos e influencers estaría genial. Pero la realidad es que esta idealización afecta a la conservación de especies y a su bienestar, además de a la seguridad y calidad de muchos puestos de trabajo.
Ya lo hemos dicho muchas veces, está demostrado científicamente que las fotos en las que interaccionamos con animales salvajes promueven su mascotismo y disminuyen nuestra percepción en cuanto a su grado de amenaza. No es una opinión: es un hecho. Por tanto afectan directamente a la inmensa mayoría del trabajo con fauna, que debiera tener como objetivo su conservación y bienestar.
Pero esto también perjudica a aquellos que idealizan esta clase de empleos. La frustración de no conseguir el trabajo soñado puede ser dura, pero además esta clase de postureo puede perjudicar a aquellos que buscan empleo con fauna, y por una sencilla razón: no queremos compañeros así.

Lo siento, pero no queremos compañeros que piensen que abrazar animales peligrosos es normal. ¿Cómo puedo sentirme seguro en mi lugar de trabajo si la persona encargada de revisar los candados de un tigre ve normal abrazarle? ¿Cómo puede estar un biólogo cómodo haciendo un trabajo de conservación con alguien que promueve estas imágenes en redes?
Si os interesa trabajar con fauna, recomiendo encarecidamente conocer el trabajo real de esta clase de empleos en lugar de idealizarlo: realizar prácticas en lugares serios y complementarlo con una buena formación puede ser una puerta a trabajar con animales salvajes de una forma ética y acertada.
No me puedo despedir de este pequeño artículo sin recomendaros que echéis un ojo al artículo que escribí hace unos meses sobre consejos para trabajar con animales salvajes, estoy seguro que os puede resultar interesante! Nos leemos!